lunes, 28 de marzo de 2011

'Quiero tomar fotos de esto' pensé. Esa sensación de inicio de ciclo, de nueva etapa me incitaba a recorrer todo el edificio, registrarlo, e indefectiblemente recordaba la entrada al edificio de Marcelo T a las 20hs durante la primera parte de los '90 —cuando 'Comunicación' estaba de moda—: como la entrada al subte en hora pico.
Cuántas cosas que pasaron en todos estos años: ya en aquel entonces se luchaba por el edificio nuevo, que desde el 96 (creo) fue Ramos. Pero Santiago es ooootra cosa. Además de ser el futuro edificio único, parece un edificio proyectado, y entonces, estar hoy en él es ¿un sueño cumplido? (¿Será mi espíritu naif?)

Sí, sí, sufro el viaje porque vivo del otro lado de la ciudad, pero estoy pensando estrategias para evitar viajar 'ensardinada' a las 18hs —¿alguien conoce un bar con wifi por la zona? Podría trasladar mi oficina nómade un par de horas antes. Igualmente, una de las pequeñas cosas que me ha dado muy buen humor en estos primeros días es la vista que tengo mientras doy clases. Mis dos comisiones son en el aula 213, así que de mañana y de tarde alterno la mirada entre los alumnos y el fondo: la cúpula roja de una iglesia que está a la vuelta recortada sobre el cielo celeste. Soberbio! Y más aún si lo comparamos con las ventanas tapiadas de las aulas de PB de Ramos. Ya les dije a mis alumnos que vamos a dar vuelta la clase para que ellos también disfruten de la vista.
Sin duda, Santiago es un gran logro de la lucha, de la insistencia, de la capacidad de proyectar. Lo que me pasa es que tengo la costumbre de engancharme con las pequeñas cosas de todos los días: eso de la vista del aula es un ejemplo, o llevarme al tacho de basura la botellita de agua o el vasito de café y no dejarlos en el escritorio que va a usar mi próximo colega.
Pienso en cómo se nos irá haciendo propio este edificio, cómo podremos aprovecharlo para dar y tomar clases, y sentir que ahora es distinto (que no se nos haga natural un día y nos parezca que es lo mismo de siempre, lo mismo que los edificios anteriores!!). ¿O será siempre la falta lo que nos mueve?

Ximena



domingo, 20 de marzo de 2011

Ma’ si, me tomo un taxi. No sé cuánto tiempo me va a llevar llegar desde Caballito hasta la facu, es el primer día de clase y no quiero llegar tarde. Además no tengo monedas y no decidí todavía si me conviene viajar con colectivo-subte o con subte-colectivo. Veinticinco pesos después estoy en la puerta de Santiago del Estero. Ya conocía el nuevo edificio pero ahora, con tanta gente, me asemeja una fiesta. Estoy contenta. Hay luz. Hay sol. Hay colillas de cigarrillo en el piso (¿a quién le importan las colillas en el piso? ¿Será muy pro querer/pedir/intentar que se fume en la enorme cantidad de espacios abiertos que tiene la facultad?). Siempre pensé que las comunidades de cada facultad conservan su edificio a imagen y semejanza de cómo piensan la sociedad en la que viven. ¿Se podrá construir en Sociales un espacio vivo, que exprese las riquezas y diferencias de sus integrantes, pero manteniendo un ámbito de trabajo amigable y cuidado? (¿a quién le importa el espacio de la Facultad? ¿Será muy pro querer/pedir/intentar que se cuiden los espacios en común, de manera que inviten al intercambio, al encuentro, al debate?). ¿Este edificio dará cuenta de que estamos en una realidad que parte de un piso distinto –cada uno evaluará cuán distinto–pero distinto al fin? Subo a un aula que tiene vista a una cúpula redonda, creo que es la de la Iglesia de San José (favor de confirmar). Estoy algo emocionada cuando comienzo a hablar con mis alumnos. Les recuerdo que llegamos a este primer día después de un complejo proceso de conflicto estudiantil-docente-institucional. Algunos asienten. Pero en general, me queda la sensación de cierto acomodamiento a lo dado, cierta naturalización del hecho que estemos todos en ese ámbito con luz y con sol. Termina la clase y bajo a hacer algunos trámites en la ventanilla de profesores por lo que paso por la sala de profesores que funciona en un pasillo… de profesores. Es raro ese lugar. Es transitorio ¿no? Seguramente es transitorio. Una colega me propone recorrer algunos espacios del edificio. Salimos las dos conversando sobre ese primer día. Sobre cómo hacer para generar acciones concretas que activen en toda la comunidad educativa la reflexión respecto de la necesidad de cuidar el edificio, de la importancia de buscar formas de comunicación que tengan en cuenta que más importante que estar (los carteles, los escritorios, los afiches) es llegar (a ser tenidos en cuenta, a ser leídos, a ser interpretados) a la/s mayoría/s. Exploramos los boliches circundantes para almorzar algo. Desechamos el de enfrente sin mucho motivo. Mientras seguimos conversando descubrimos una librería que hace poco no estaba, me pregunta dónde está El Zócalo, le cuento que en la otra cuadra hay una especie de espacio de arte, vemos la bicisenda y especulamos que las dos llegaremos en bici a la próxima clase (je). Almuerzo mediante dejo a mi colega en su colectivo y comienzo a caminar por Carlos Calvo con rumbo desconocido. Dejamos atrás a un hombre grande con un auto grande al que hacía subir a una prostituta; pasamos por una fábrica de grissines y miramos como salían cientos de palitos de una máquina. Después, Telefé Noticias, el Bar Mágico, una casa distinguida como patrimonio histórico de la Ciudad, edificios racionalistas del 50 y edificios minimalistas del siglo XXI. Recuerdo que a pocas cuadras, en Virrey Cevallos, está el edificio de un Centro Clandestino de Detención recuperado para ser espacio de la memoria. Casi llego a Entre Ríos y la sensación de descubrimiento, de revelación de una ciudad que no conocía o a la que no le había prestado atención, comienza a desvanecerse. Pero el sol sigue ahí y definitivamente, hay vida más allá de Parque Centenario. Ya mi colega me manda un SMS para preguntarme cómo podríamos llamar al blog donde contar nuestras primeras sensaciones y quizás algunos quieren compartirlas y agregar algún comentario y sino no importa. Nosotras somos entusiastas (antes, en otro país, se decía voluntaristas). Le tiro: miprimerdiaenelnuevoedificio.blogspot.com ¡muy largo! Propone: socialesquerido.blogspot.com ¡muy naif! Contraataco: santiagoquerido.blogspot.com ¡un viejazo! Ya veremos. Es tarde ¿Qué me tomo para llegar a casa? Pucha, no tengo monedas. Taaaaaxiii…

Beatriz